La
huelga suspende la vida, es el momento en que la clase obrera deja
de ser arena, se transforma en roca… La ruina absoluta es
dejar el mármol en la cantera y el hierro en la mina. La
huelga es la parálisis. Su arma terrible es la inmovilidad.
Rafael
Barret
Si
supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría
investigación, ¿verdad?
Albert
Einstein
LA
HUELGA EN TIEMPOS DE CRISIS |
Por
Juan Carlos Cena y Elena Luz González Bazán especial
para Villa Crespo Digital
10
de agosto del 2018 *
¨Quieren
que trabajemos de la cuna a la tumba,
Sin pasado ni futuro…
Solo en un presente perpetuo…¨
Juan Carlos Cena
Siempre hemos dicho que no se puede opinar desde la ignorancia.
Hectolitros de tinta y bolsas de palabras se han derramado opinando
sobre esta Huelga y sobre otras. Sin entender, ni siquiera esforzarse
por comprender, el porqué de las huelgas. O que es la huelga,
ni que hablar sobre su historia. Todos los medios de comunicación
enviaron a sus periodistas de calle a ver, observar, bichar, fisgonear,
ver la afluencia de los colectivos, cantidad de pasajeros y sus
efectos.
¡Zas!,
anduvieron los colectivos, pasajeros pocos. La misma preocupación
que el gobierno, coincidieron queriendo o no. El periodismo no cubrió
las estaciones de servicios para contar los camiones detenidos,
no se fue a los puertos, o bien se cubrió la detención
de los trenes de carga, entre otros medios.
En
esta huelga, puntualmente, las diferentes centrales obreras y las
organizaciones gremiales tomaron la decisión de convocar
a esta medida de fuerza y realizarla porque la situación
en los terraplenes, es decir, en las bases, era volcánica.
El
azufre que irradian los torsos de los laboriosos es bronca, desazón
contenida, ese malestar va calentando los suelos por donde pisan
los dirigentes gremiales y le indican que abajo todo arde; que se
pongan al frente o pagarán las consecuencias de su inmovilismo;
por ello, el resultado es que decretaron la huelga, sin marchas
ni cortes. Obraron como lo define Wrigth Mills:
El
sindicato es un regulador del discurso y del entusiasmo, y el líder
sindical un agente de la canalización institucional de la
animosidad. (De hombres sociales y movimientos políticos.
Siglo XXl Editores - México - 1970).
La
huelga es una herramienta de la clase obrera, seguramente, la principal,
es utilizada en casos extremos para protestar, reclamar, oponerse
a la violación de los derechos logrados en el devenir de
los tiempos. Estos derechos conculcados tienen tanta antigüedad
como la clase obrera misma. Ésta, la huelga, tiene métodos
y comportamientos definidos por los trabajadores en asambleas, donde
rige la democracia obrera. Donde se le da mandato al dirigente de
lo que debe hacer. Es la democracia directa, no a través
de los representantes como en el parlamento, porque no hay delegación
reglamentada por ley.
En
éste parlamento obrero, o sea, las asambleas, los trabajadores
establecen concepciones éticas, métodos de funcionamiento,
modos y maneras de comportamiento. Hoy, los sindicatos no actúan
de acuerdo a las premisas establecidas en sus nacientes: Ser independientes
de los patrones, los partidos políticos y el Estado, eso
no ocurre. Nada en ese mundo es homogéneo. Unos responden
o son funcionales a los patrones y a los gobiernos de turno, obran
como reguladores de los ánimos y de los conflictos. Otros,
a los partidos políticos. Error; en el seno de movimiento
obrero concurren diferentes modos de pensar, credos diversos además
de ateos y agnósticos; identidades partidarias disímiles,
pensamientos gremiales diferenciados; lo que los une es el salario
y las reivindicaciones más sentidas: Estabilidad laboral,
derecho al ocio (descanso), el rechazo a la explotación infantil
y de la mujer, derecho a la salud, a estudiar, pero, sustancialmente,
ser hombres dignos y libres. Porque en ese trabajo diario y cotidiano
se genera una relación social donde se crean profundos lazos
de solidaridad que no se ven ni se perciben desde las orillas, pero
están presentes en los momentos más agrios de la vida
laboral y familiar.
Es
dable repetir que la huelga es una herramienta de resistencia creada
por los trabajadores, por la falta de libertad, para reafirmar el
deseo de continuar siendo hombres dignos. Esta acción es
la férrea oposición a tirar por la cloaca toda la
historia y los proyectos de vida individuales y colectivos (...)
Es entonces cuando todo se tensiona y ese equilibro inestable, basado
en la conciliación de clases (que es una relación
forzada) se desequilibra y todo vuela por los aires. Aparece la
rebeldía popular, que es justa porque los trabajadores quieren
seguir siendo libres y dignos y todo se incendia ese día
(...) primero los espíritus.
Desde
la iniciación de las luchas obreras, constantemente la violencia
de los de arriba estuvo presente, no hubo acto, huelga, manifestación
de protesta que no fuera reprimido. El terror fue implantado una
y otra vez. Una y otra vez el movimiento obrero volvió a
las luchas nombrando a sus mártires de la batalla anterior.
Nunca decayeron durante este largo período histórico,
siempre rechazaron la represión y algunas veces la hicieron
retroceder. Ejerciendo el derecho a rebelarse contra la injusticia.
Sobre
la violencia ejercida desde el sistema, Agustín Tosco se
expresaba así: ¨Cuando las convicciones son firmes,
cuando se es parte genuina del pueblo avasallado; cuando se elige
el camino de la verdad, de la justicia social y de la Liberación
Nacional, las rejas lo que prueban es que el despotismo y la represión
son los únicos fundamentos ideológicos que dispone
el sistema, para postergar su definitiva sustitución, por
otro, más humano, más acorde con la satisfacción
de las necesidades económicos, políticas y culturales
de la inmensa mayoría de la población¨. La
lucha debe continuar. Cedeño Editor. Buenos Aires 1987.
Cuando
preguntan si uno es partidario de la violencia, primero hay que
decir que la violencia es inherente al aparato represivo del Estado
y este lo ejecuta en toda su dimensión: los Qom en el Chaco,
los obreros de Lear, sólo por citar dos casos, hay cientos…
entonces, uno puede contestar con los argumentos de las declaraciones
de la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM) conocidas
como el Documento de Medellín, que afirma: la violencia,
cuando es de los pobres, es un acto de legítima justicia.
Por
otro lado, Fray Bartolomé de las Casas, en 1520, decía:
Donde quiera que falte justicia se la puede hacer a sí mismo
el oprimido y agraviado.
Entonces, no son los trabajadores los que generamos violencia…
LA
VALORACION DEL TRABAJO |
El
hombre que no trabaja termina perdiendo su dimensión humana
- El trabajo constituye la armadura de la existencia obrera.
Historia del movimiento obrero Edouard Dolléans,
EUDEBA.
Agregamos,
el hombre que no trabaja es un desparecido social. El trabajador
lo sabe. ¿Quién más lo entiende o lo percibe?
En los subsuelos de la patria, diría Scalabrini Ortiz, se
padece en forma socializada la angustia del bajo salario, la desocupación
y el humillante descuento compulsivo en el sueldo por el impuesto
a las ganancias. Todo un saqueo coercitivo y violento.
Se
han puesto de moda los términos caranchos y buitres, en esta
paranoia nacionalista de último momento… los peores
caranchos están en aquellos, patronales y Estado que se quieren
deglutir, sin que nadie chiste, el salario de los trabajadores;
mientras los buitres se han posicionado para expropiar todos los
meses con un impuesto al salario. ¿Cómo le llamamos
a la inflación que carcome sueldos y jornales?
Se
divaga mucho sobre que es el salario. Pues hablemos nosotros y digamos
como dijeron los clásicos, apelando a las fuentes: El salario
es lo que nos pagan por nuestra fuerza de trabajo ó, también,
podemos decir, que es el precio del trabajo que realizamos y pactamos
antes de hacerlo. Se puede ampliar diciendo: El salario es la cantidad
de dinero que el patrón paga para un determinado trabajo
o por la ejecución de una tarea determinada, ya sea obrero,
empleado, profesional, campesino, obrero rural.
El
trabajo es la fuente de toda riqueza… Pero el trabajo es muchísimo
más que ello. Es la condición básica fundamental
de toda la vida humana .Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto,
debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre. Federico
Engels – El papel del trabajo en la transformación
del hombre en mono.
Igualmente,
debemos asumir que estamos en crisis. El país esta sumido
en un brete. La desocupación y el salario son variables que
ejercen el Estado y los patrones para paliar la crisis y salir del
trance. La crisis es integral, abarca a todos. Cada crisis es un
momento de ruptura imprevista o no. De parición o aborto.
Acá, en la Argentina ¿Cuál es la naturaleza
de esa crisis? ¿Cuándo comenzó este agrietamiento?
¿O es el funcionamiento normal de un modelo de país
dependiente, colonizado, en el marco, en este caso, del régimen
capitalista a través de las multinacionales, surcado por
la corrupción? ¿Somos realmente una nación
independiente? ¿O solo en los papeles? ¿O es la crisis
de un pueblo colonizado hasta en las palabras y sus comidas? Si
es así, estamos muy mal. Hemos sido derrotados totalmente,
a pesar de los empecinados ciudadanos que aún resisten por
ser independientes y libres de cualquier tutela. ¿Cómo
la afrontamos? Primero reconociéndola. Luego, estudiando
cual es su verdadera naturaleza para así poder elaborar,
entre todos, una táctica y una estrategia para poder ir emergiendo
de este lodazal.
Eso por un lado, también, inferimos que en el mundo se puede
andar de muchas maneras, nunca sin objetivos y proyectos, ya sea
individual o colectivo. Esta falta de objetivos y de proyectos se
da en la clase política argentina a 360 grados.
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En
las crisis, cuando las contradicciones terminan presionando
todo y al finall estalla ese todo, la bronca es la primera
manifestación, todo parece incontrolable. El capital
explota por razones económicas, la ganancia máxima
es el objetivo buscado y se deteriora. Pero, eso no es todo,
cuando las relaciones sociales entran en crisis entre los
que quieren imponer nuevas modalidades de comportamiento en
la vida misma de los trabajadores, para doblegarlos mejor,
y éstos se resisten, el choque es inevitable. La resistencia
a no dejarse quitar lo que poseen va más allá
de la cuestión salarial y económica.
Repetimos:
La disminución de ese precio pactado es la variable
para que al capitalista le cierren las cuentas ante la crisis.
¿Por qué? Porque el salario atrasado, mal pago,
es la subvención que el trabajador es obligado a darle
al patrón que pasa a engordar sus arcas. El patrón,
por el contrario, no se desprende de ningún bien. Este
salario mal pago constituye una inmensa transferencia de dinero
que va desde el bolsillo del asalariado a las cajas fuertes
del patrón, sea estatal o privado, en este caso, es
lo mismo, ya que se ha privatizado lo público.
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Cuando
se habla de PBI, redistribución de la riqueza, pobreza y
desocupación hay que afirmar que todo está en aumento,
esencialmente la redistribución ha ensanchado la brecha entre
ricos y pobres, la pobreza e indigencia ha trepado y la desocupación
nos encuentran con cifras oficiales que nos dicen que 404.000 puestos
de trabajo se han perdido en lo que va del año.
El
sistema capitalista, que se ha apropiado del aparato del Estado,
intenta imponer nuevas maneras de conductas a la sociedad en general
basados en el autoritarismo, la falta de democracia y de participación;
para lograrlo implementa una política de exclusión
y utiliza como herramienta la violencia y el terror, del otro lado
se resiste como se puede, porque resistir es seguir vivo, quedarse
quieto implica la desolación.
La
otra herramienta que utiliza es la corrupción. La corrupción
es una herramienta política para doblegar voluntades. Decir
que es una cuestión, solamente ética, es evadir el
objetivo verdadero de la corrupción. Acción política
que no se oculta. Al contrario, se declama y se muestra. Ella a
la vez da impunidad. La realidad lo muestra. Todos o casi todos
los corruptos están en libertad.
La
huelga suspende la vida, es el momento en que la clase obrera deja
de ser arena, se transforma en roca… La ruina absoluta es
dejar el mármol en la cantera y el hierro en la mina. La
huelga es la parálisis. Su arma terrible es la inmovilidad.
Rafael Barret.
Su
arma terrible es la inmovilidad, es la clave. Cuando los medios
masivos analizan la huelga centran la información en el transporte
de pasajeros. Es en realidad un error de conceptualización.
La clave de la huelga fue la inmovilidad del transporte de carga.
Esta huelga ha detenido la producción y el traslado de esa
producción. Esta no es una inmovilidad de 24 horas, porque
antes de que comience la huelga hay que apagar los hornos, las fraguas,
el funcionamiento de las maquinarias de las fábricas, detener
las cadenas de producción; los productos del campo mucho
antes. “Todas las ruedas se detienen, si así lo
quiere el brazo vigoroso”, dice una canción de
los obreros alemanes, en el siglo pasado.
Mucho
después de las 24 horas comienza de nuevo la maquinaria productiva
nacional a funcionar, a través del brazo vigoroso. Se encienden
los hornos, las máquinas entran a menearse y así,
del mismo modo en los tambos, recolecciones de productos del campo
o en las minas o los puertos. Por ello, partiendo de la ecuación
de que: la mercancía recién toma valor cuando interviene
el transporte, la paralización del país fue por efecto
de la huelga – fundamentalmente del transporte de carga –
esta inmovilidad detuvo la cadena de comercialización. La
multiplicación del capital se detiene. El lucro y la ganancia
se estancan. Todo por efecto de la huelga.
El
transporte de carga paralizó el país, demostró
que es un factor de poder. Fue la fuerza principal. Todos los otros
oficios fueron necesarios y complementarios. El transporte de pasajeros
no influyó, el ¨apriete del gobierno nacional y su
receptora la dirigencia de la UTA¨ dejó al desnudo
que cuando los trabajadores están dispuestos concientemente
a parar, hacen la huelga, lo hacen y nada dicen… sus palabras
son acciones… las interpretaciones corren por cuenta de los
medios de prensa que no tienen en la actualidad, como en otros tiempos,
especialistas en movimiento obrero.
LA
DESOCUPACION COMO FORMA DE EXCLUSION SOCIAL |
La
cuestión de la ausencia de trabajo, desocupación creciente,
exclusión social, y el impacto psicosocial, que esto genera,
en el seno de la sociedad trabajadora, es una realidad que atraviesa
nuestro territorio. Antes de entrar de lleno en el tema es necesario,
muy sucintamente, historiar un poco como andaba el país por
las décadas del 40 al 50, que se caracterizaba por la gran
cantidad de trabajadores y ciudadanos que se incorporaban al trabajo,
a la sociedad. Por la década del 50 se decía que la
Argentina era un país que crecía a un ritmo superior
a la de los países europeos, que desarrollaba su industria,
que incorporaba importantes masas de la población campesina
a las ciudades.
|
Hoy,
el debate por los cortes y los piquetes fue si se dejaba o
no carriles abiertos para el paso… muy poco, casi nada
se dijo sobre los más de 482.000 puestos de trabajo
que se han perdido desde junio del 2013 y de los cuales 404.000
son destrucción de puestos de trabajo en el presente
año. A esto hay que sumarles las suspensiones que implican
reducción salarial, el tope para las discusiones salariales
y la precariedad laboral que sigue en ascenso. A todo esto
se debe agregar, sumar, añadir, incrementar que la
canasta alimenticia aumenta a diario, una canasta que dígito
más o menos ronda un 35 al 40 por ciento en el presente
año, de acuerdo a quienes lo retratan.
Nada
se ha dicho de los más de 2 millones de niños
menores de cinco años que están en el triste
cuadro de la desnutrición; mucho menos se habló
del trabajo infantil y de la situación educativa y
salud pública que en grandes partes de nuestro país
es un desastre no conocido u obviado. |
|
Las
fuentes de trabajo que se pierden no se recuperan… el
desaparecido social implica que una familia queda a la deriva…
la huelga alerta sobre estas situaciones sociales… el
gobierno, los gobiernos que no quieren prestarle atención,
no quieren entender el mensaje, por ello, son responsables
totales y sin disculpas de los padecimientos de los trabajadores.
La
huelga, esta medida de fuerza, ha sido un pedido fuerte y
claro de las bases, los dirigentes sindicales si la saben
interpretar responden en sintonía. La huelga no es
una pérdida o un sinsentido, quedarse esperando o callado
implicaría que no importa cuantos males soporte, debe
seguir bajando la cabeza… rendirse, como pregunta nos
queda… La Huelga es la resistencia de los trabajadores
que se niegan a trabajar de la cuna a la tumba. |
¿A
quién o quiénes le reclaman los trabajadores cuando
no importan sus necesidades populares?
¿A la dirigencia política actual?
La verdad verdadera, si es así… vamos muertos.
No
se puede ignorar que después de esta crisis intensa y prolongada
como la que atravesamos, la sociedad no será la misma y si
la clase obrera, nosotros, y el pueblo no asume el cambio y tratamos
de operar sobre ella para reacomodar las estrategias y las políticas
a la nueva realidad que se nos da, nos enfrentaremos a la desconcertante
experiencia de no reconocernos en nosotros mismos. El
Cordobazo, una rebelión popular, Juan Carlos Cena –
Edic. La Rosa Blindada - 2000.
•
Juan Carlos Cena: Secretario General de APDFA -Capital Federal.
1984-1989. Especialista en Transporte. Coordinador de Escuelas Político
Sindicales.
• Elena Luz González Bazán: Delegada de base
en UPCN, Comercio y Bancarios. Docente, historiadora, periodista.
Coordinadora de Escuelas Político Sindicales.
Imágenes
y pinturas: dibujo sobre la explotación, Antonio Berni, niños
de la calle, Ricardo Carpani, David Alfaro Siqueiros.
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31 de agosto del 2014 actualizado y ampliado.
Caracteres:
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